Gonza llama a Nolo Meza
y le dice que, finalmente, pudo hablar con Yoel Eduardo. Nolo Meza lo
interrumpe, grita “Apareció Yoel Eduardo” y el silencio de la sala de operación
de telemarketing del Banco Santander es el preludio de una algarabía que, en
toda la historia de la Banca Mundial jamás se vivió (de parte de los
empleados).
Nolo Meza, aturdido por
la algarabía, le pide a Gonza que le pase con Yoel Eduardo y Gonza le responde
que Yoel Eduardo no está con él y, supone que la cara de Nolo Meza, al oír lo
que acaba de decirle, debe ser terrible porque nota que, entre los
telemarketers, volvió la ola de silencio. Gonza reacciona, atropella las
palabras, no quiere que un mínimo de negatividad los salpique. Suelta, de un
tirón, todo lo que le contó Yoel Eduardo: el miércoles por la noche (previo a
la Semana Santa) estaba sentado en un refugio del Metrobus de Av. 9 de Julio,
cuando pararon dos motos Harley Davidson. Uno de los conductores de las
motos, se levantó la mirilla del casco. Era Agustina Kampfer, quien lo invitó a
subirse a la moto de ella, sin darle casco. Gonza hace un alto, nota que la
respiración de Nolo Meza se acelera, sabe que está por preguntarle si, por fin,
Yoel Eduardo concretó con Agustina Kampfer aquello que tanto se le venía
negando. Entonces, adelanta el final, le dice que Yoel Eduardo no se levantó a
nadie. Nolo Meza tira un “qué pelotudo” y Gonza se retoba, le dice que si
quiere saber qué pasó con Yoel Eduardo que lo deje hablar y Nolo Meza hace
silencio. Gonza cuenta que Agustina Kampfer estaba muy preocupada por lo que le
pasaba a Yoel Eduardo y, esa noche, lo siguió desde la salida del teatro hasta
la parada de Metrobus para llevarlo con ella, a la Bovedita de Clausura que
tienen en Puerto Madero.
Nolo Meza abandona su
mutismo para marcar que Gonza dijo “tienen” y hasta ahora hablaba de una mina.
Gonza, con tono sobrador, le dice que de entrada le contó que eran dos motos.
Una la manejaba Agustina Kampfer y la otra Papá Amy. Nolo Meza, sorprendido,
pregunta, sabiendo la respuesta, si Papá Amy es Amado Boudou, la pareja de
Agustina Kampfer. Gonza no responde, sabe que todo lo que se diga por teléfono
queda registrado y no va a caer en la trampa que le tiró Nolo Meza. Nolo Meza
insiste. Gonza mantiene el silencio, traga aire y lo suelta con una bocanada
discursiva, cambiando de tema, o sea, sigue con lo que estaba contando antes de
que Nolo Meza le preguntara la identidad real de Papá Amy, le notifica que Yoel
Eduardo está pasando por una purga de WhatsApp como preparación previa a su
ingreso triunfal a El Arte de Vivir.
Nolo Meza se pone loco,
empieza a putear, dice que Yoel Eduardo ahí no va ni en pedo y, amenaza con
poner a todo el equipo de telemarketers a fastidiar con llamados de madrugada a
todos los habitantes de Puerto Madero si no liberan a Yoel Eduardo.
Gonza, en superado, le
dice que guarde el papel de gallito de riña para otro picoteo porque Yoel
Eduardo ya dejó la Bovedita de Clausura y el fin de semana estuvo trabajando en
el teatro. Además, le cuenta lo maravilloso que está Yoel Eduardo después de
pasar por la lavadora espiritual de Papá Amy y Agustina Kampfer.
Para Nolo Meza, el tono
de voz de Gonza es de una alegría sospechosa. Sin mucha vuelta, va a preguntarle
si él no está metido también con los de El Arte de Vivir, donde sabe hay muchas
minitas famosas y re buenas como para hacerse famoso, y que se imagina a todo
el mundo, menos a él, teniendo sexo tántrico con las mejoras amazonas de las
Pamapas; le parece injusto que lo dejen afuera a él de esa movida espiritual si
es un tipo que come re poca carne y tiene por vicio, tan solo, ir a comer a Nac&Pop.
Pero Gonza no le da la
oportunidad de soltar esto que estaba pergeñando. Corta y apaga el celular. Gonza
mira el teléfono muerto. Disfruta del poder que da tener información y
soltársela a su coach competidor en cuotas.