viernes, 18 de abril de 2014

Imbecilidad y viveza, dos cara de la misma moneda criolla.

Me entere que, para superar el desborde del río Luján (en Mercedes) van a lo más fácil: dragarlo. En esa acción, se llevan puestos (muertos) especies vegetales y animales que habitan en la costa y fondo. Bastante mérito hicieron los sobrevivientes del río para superar la contaminación que los humanos le tiramos como para tener que comerse este segundo atropello.
El atajo de la ignorancia y el negocio (y los negociados) pueden activar una medida como esta en una acción express, sin antes discutirla y analizar otras altarnativas (como, por ejemplo, evaluar por qué se dieron permisos de urbanización afectando la cuenca del río Luján o por qué algunos productores rurales han desviado arroyos y demás cuestiones).
Los desastres de la naturaleza, nos ponen a los humanos en el primer lugar de la responsabilidades. Si nos mandamos una macana, bueno es verlo para corregirla.
Otro tema. Ya que estamos. El río preocupa cuando moja tu casa. Mientras se quede en su cauce, podrido con nuestros desperdicios, no jode. 
Por último, como tiene que ver con esto, mi próxima novela "Misión Kenobi" es un homenaje a la lucha de mis padres y un grupo de vecinos de Mercedes, por salvar de la contaminación, al río Luján. Una lucha llena de derrotas.
En pocos días sale a la venta por la Exposición de la actual narrativa rioplatense
Opté por la ficción narrativa para sembrar conciencia y dar pelea.