martes, 25 de marzo de 2014

Selfie para Yoel Eduardo - Te tiro una perdida. Cibersodio 25

El problema, le dice Yoel Eduardo a Nolo Meza, no es estar solo, sino que la fama siga ahí, sola, sin él. Entonces, le explica, no está desesperado porque no consiga, finalmente, enlazarse al corazón de una mina. Muy por el contrario, le irrita, que al dilatarse el acople afectivo con una actriz que esté recontra buena y sea súper conocida, el salto a la fama, que debería llegarle por simbiosis, no se dé. Se lo explica así, casi enojado, porque, al otro lado del teléfono, Nolo Meza le acababa de sugerir que salga con una chica de su equipo de telemarketing del Banco Santander, porque es facilonga y por lo menos va a darle una alegría.
Nolo Meza, rápido de reflejos, entiende a dónde apunta el ex compañero de trabajo, cambia el rumbo en el aire, le dice que lo que le hizo (al sugerirle el amor de la chica del trabajo) no era real, sino que formaba parte de una prueba ácida, algo que aprendió en curso que les dio el banco para saber establecer metas y que puede afirmar que Yoel Eduardo es un tipo comprometido con la Visión y Misión de su carrera actoral. Y no espera a escuchar la aprobación de sus dichos, para levantarle el ánimo, explica que la soledad es un estadio de superación personal y, viendo el caso de él, puede aseverar que Yoel Eduardo es un ser cuasi iluminado.
El sonido de la respiración de Yoel Eduardo abandonó los bucles graves para entrar en un tránsito laxo del aire. Nolo Meza logró domar a la bestia, reconfirma sus habilidades y que es su acción de coach sobre Yoel Eduardo logrará que se vea como diamante lo que hoy se percibe como bruto. Retoma el discurso motivacional con la soledad como hilo conductor. Le dice que lo de él es estar con una chica selfie porque esas chicas, siempre solitas con sus cámaras, piden en cada disparo que alguien las encuadre, las acaricie con primeros planos y juguetee con el dedo sobre el botón disparador hasta colmarlas de satisfacción.
La respiración de Yoel Eduardo se encabrita. Algo del mensaje hizo carnadura y, Nolo Meza, entiende, es mejor retirarse antes que el amigo lo corte en seco.

Yoel Eduardo está en la sala vacía del teatro, al pie del seguidor que (durante la función) manipula con sus manitas. Se queda mirando la pantalla del celular desde donde su coach acaba de darle la nueva orientación. El aparato, sobre la palma de la mano, con 194 teléfonos de famosas agendados (esos que les pasó Gonza y robó de la agencia de promociones) parece un universo basto, dar allí con su chica selfie es como encontrar la aguja en el pajar.