jueves, 27 de marzo de 2014

Marcela Kloosterboer sorprende a Yoel Eduardar - Te tiro una perdida. Cibersodio 29


Yoel Eduardo pasó una noche como hacía mucho no pasaba. Durmió diez horas en paz. Se siente tierno y rechonchón como bebito recién amamantado. No recuerda si soñó algo, tampoco le interesa. Su presente no es de sueños, sino de vida concreta. La aparición de Marcela Kloosterboer en su vida le devolvió el eje a la Tierra, se siente centrado. Y pasa eso, el amor llega, una mujer te contiene y empezás a hacer todo mucho mejor. El trabajo da cuenta de esta máxima, el jefe de Yoel Eduardo, lo acaba de felicitar por la posición de sus manos sobre el seguidor. Y esto no es poco, en el mundo del teatro no existe la felicitación, todo es presión y tirar mierda, entonces, esta actitud del superior para con el asistente de iluminación, ¡la pucha!, no es poco. Yoel Eduardo se agranda, cree que el gesto lo blinda para hacer alguna cosita no habilitada y elige que esa cosita sea whatssapear a su  amada antes de que empiece la primera función.
Yoel Eduardo: Brilla tu pelo (flor)
Marcela Kloosterboer: Hola, estaba esperándote
Yoel Eduardo: Apago la luz y seguís encendida
Marcela Kloosterboer: Ja! Viste la publicidad de Panten?
Yoel Eduardo: Sos un sol de noche (carita sonriendo)
Marcela Kloosterboer: ¡Qué chamuyo esa publicidad! Ahí no hay esencia. Y vos, sos lo más, siempre tan pila
Yoel Eduardo: Para enfocar, pila y rollo (pulgar en alto)
Marcela Kloosterboer: Cuando ví tu mensaje me quedé helada.
Yoel Eduardo: Como una foto (carita con guiñe de ojo)
Marcela Kloosterboer: Si, si, todavía tengo la foto.
Yoel Eduardo: (pulgar para arriba) Disculpá, está por empezar.
Marcela Kloosterboer: Andá, es re groso lo que hacés, te admiro.
Yoel Eduardo: (manito de saludo)

Se desconecta. Está descolocado. ¿Puede ser que Marcela Kloosterboer sea una fanática de él? ¿Qué ella sepa de su prometedora carrera actoral y su fugaz paso laboral como asistente de iluminación del teatro? ¿Lo estará confundiendo con otro? ¿Ella se está divirtiendo a costa de su ilusión? ¿Será que llegó el momento, el amor soñado?

Yoel Eduardo establece el récord de elaboración de preguntas de su vida. Y ese estado de duda fue el que lo llevó a cortar abruptamente la charla. La duda, bien sabe, agrieta el cuerpo para que, por esas hendijas, broten los fantasmas.