lunes, 10 de marzo de 2014

Juanita Viale esta semana en Te tiro una perdida - episodio 16

En la primera y segunda función no sumaron catorce espectadores. A Yoel Eduardo eso no debería preocuparle, su puesto de Asistente de Iluminación le garantiza el sueldo. Pero él, antes que nada es actor y sufre por sus colegas; calcula, rápidamente, que el punto del borderaux no dará ni para pagar los fideos con pesto en Pippo. Yoel Eduardo se angustia doblemente cuando oye al actor principal decirle al secundario que esto les pasa por estar en una obra para el zurdaje y, le advierte, que la guita está en el teatro comercial donde, con el mismo look que usaste para hacer de San Martín te mandás un Beethoven, el populacho ni cuenta se da y paga entradas carísimas.
Yoel Eduardo, tiene ganas de intervenir, tirarse desde la planta alta, reclinarse ante el actor principal y decirle “Maestro, muéstreme el camino”. Pero no hace falta que lo haga, el actor secundario pregunta al actor principal cómo tiene que hacer para saltar al circuito comercial y, el actor principal le contesta que tiene que hacer lo imposible para almorzar con Mirtha Legrand porque, asegura, sentarse en esa mesa la Chiqui te hace famoso. El actor secundario se queda pasmado, no repregunta, y tampoco podría hacerlo porque el  actor principal se va del teatro y lo deja en la sala, conviviendo con la energía que dejó un público fantasma.
Yoel Eduardo se escabulle entre las sombras, debajo de los reflectores apagados, todavía calientes. Le tira una llamada perdida a Nolo Meza, el ex colega de telemarketing de Banco Río. Tras el affaire con Agustina Cherri, entendió que él podrá orientarlo con sabiduría para llegar a una actriz famosa que le contagie fama.
Yoel Eduardo intenta comentarle sobre las dudas que tiene de cómo llegar a la mesa de Mirtha Legrand, pero Nolo Meza lo para en seco, le dice que lo nota algo afectado por el desorden y la ansiedad, que él puede ayudarlo, que es un especialista en Coaching después que el banco lo mandó a un intensivo de tres días de Coaching en un resort de Ceibas.
Yoel Eduardo se queda sin palabras. Nolo Meza aprovecha el silencio y, antes de pensar en una nueva mina famosa, le aconseja serenarse, que haga meditación zen, ikebana, algo japonés y el llamado se le corta.
Yoel Eduardo se queda con ganas de hablar más y le tira una llamada perdida a Gonza. Gonza le responde al toque y escucha atentamente las indicaciones que el nuevo coach de Yoel Eduardo le dio; entonces Gonza, medio caliente (porque no le gusta ni medio que Nolo Meza le haya quitado la centralidad en la relación con Yoel Eduardo), le dice, que vaya al Centro Okinawense a hacer origamis y le corta.
Yoel Eduardo no se enoja por el segundo corte telefónico que le hacen en menos de dos minutos. Él está contento porque comprueba que las señales les siguen abriendo caminos para llegar a su chica soñada. El comentario de Gonza de mandarlo al Okinawense fue porque Gonza sabe que Yoel Eduardo hizo un taller de Origami, hace mucho tiempo. Lo que Gonza no sabe es que, a ese curso asistían dos hermanitos revoltosos, Nachito y Juanita Viale, nietos de Mirtha Legrand, la reina de los almuerzos.
Yoel Eduardo recuerda haber visto el teléfono de la, ahora, famosísima Juanita Viale, en el listado de 194 teléfonos que Gonza robó de agencia de eventos donde trabaja.

La noche está en pañales, piensa Yoel Eduardo, mientras la luz de la pantallita del celular baña su cara.