martes, 18 de marzo de 2014

Isabel Macedo & la media luna – Te tiro una perdida cibersodio 22

Hay cosas que se caen de maduro y para darse cuenta no hace falta ser maduro, le dice Gonza a Yoel Eduardo, para calibrarlo, cambiarle la onda, porque, segundos antes, éste le había confesado que, si bien tiene el teléfono de Isabel Macedo, no cree estar preparado para atacar a semejante belleza. La frase que le ha dicho el amigo, lo hace vibrar en el semitono del compromiso con una causa: el amor. Queda sumido en un profundo silencio y Gonza interpreta que su mensaje logró el cometido, entonces le dice que va a cortar para dejarle libre el teléfono, así empieza a forjar la pareja que será tapa de la revista Caras.
Yoel Eduardo arde en el convencimiento de que esta es su hora. En realidad, es poco menos que su cuarto de hora porque el teatro está por cerrar. Debe actuar ya. Aprovecha que su Jefe abandonó la sala de comandos de la sala (para ir a chapar con la actriz de recontra reparto de la obra que acaba de iluminar) y se mete, a hurtadillas, para hacer la primera jugada, de lo que será, una sucesión de embates victoriosos. Abre el WhatsApp, busca el teléfono de su prometida y arranca:
Yoel Eduardo: Mírenla, pero miren, pero mírenla (pulgar para arriba)
Isabel Macedo: (Manito de saludo)
Yoel Eduardo: GUAPA!!! (flor)
Isabel Macedo: (pulgar para arriba)
Yoel Eduardo: Tu lunar me pone en la luna.
Isabel Macedo: ok
Yoel Eduardo: (dibujo de medialuna) ¿Desayunamos?
Isabel Macedo se desconecta.
Yoel Eduardo se queda mirando la pantalla con los intercambios, los relee y desmenuza cada palabra. Está como el comentarista de fútbol que mira el replay de la jugada una y otra vez para descubrir dónde está el penal que se cobró y que nadie vio.
Se sobresalta, llega desde las butacas la voz del encargado de seguridad. El tipo habla con el personal de limpieza. Sus oídos también captan los pasos de su Jefe y la actriz de recontra reparto de la obra, detrás de bambalinas, después de entregarse a un acto de lujuria express.
Yoel Eduardo sale de la cabina de sonido y se topa con el tipo de seguridad. Para evadirlo, apela a sus conocimientos de improvisación, se lleva el teléfono al oído, comienza a hablarle a un teléfono inerte y frío, haciendo de cuenta que tiene alguien al otro lado. Lo hace un poco para zafar del reto del tipo y otro tanto para que ya se empiece a saber a quién le pertenece su corazón. Al esquivar al Guardia, despliega todos sus dates actorales, compone una mezcla de Gila y Claudio García Satur, dice: “oki, Isabelita, está bien,  dale reina, dormí bien tapadita, te despierto con el desayuno en la cama”.

Yoel Eduardo está en la vereda de Avenida Corrientes, se mete el celular en el bolsillo y encara para La Giralda donde, en honor a lo que se va gestando entre su corazón y el de Isabel Macedo, cenará un café con leche con dos medialunas de manteca.