jueves, 20 de febrero de 2014

Te tiro una perdida - Episodio 8

La noche se hace eterna. Yoel Eduardo no despega los ojos del celular. Lo apaga y prende cada quince minutos, a veces el WhatsApp se desconecta y tiene que reiniciar el aparato. No sea cosa que Dolores Fonzi le haya escrito y él, por moverse del teatro a casa, haya perdido conectividad.
Está que se muere de los nervios. Tiene que hablar con alguien, es muy groso ser el novio de una celebridad. Llama a Gonza.
El amigo lo atiende medio dormido y Yoel Eduardo le hace el jueguito de hacerse el interesante, le dice a qué no sabes con quién estoy saliendo, y eso despabila a Gonza. El amigo no tiene que rogar demasiado para que le suelte prenda, Yoel Eduardo se muere por contar lo que tiene que contar. Ni bien escucha el nombre de la nueva novia, Gonza le dice que la mina está casada. Yoel Eduardo le responde (canchero) que él no es celoso. Pero Gonza le advierte (por eso del código entre colegas que en el caso Cabré-China Suárez, el propio Yoel Eduardo había mencionado) que el marido de Dolores Fonzi es un actor, el famosísimo Gael García Bernal.
Yoel Eduardo se derrumba, no puede contradecir sus principios, ciertamente, tiene códigos. Entiende que Dolores Fonzi quiere algo con él, que ese algo puede ser una historia paralela, pero él no está para meterse contra un soldado del mismo bando, nunca, pero nunca contra un actor, dice enfurecido.
Gonza intenta calmarlo. Entiende que en el llanto de Yoel Eduardo nada tiene que ver Gael García Bernal, sino, más bien, la nueva derrota en su plan de conquista de la actriz esposa de su proyecto de proyección a la fama.
Gonza intenta hablar, pero Yoel Eduardo no lo deja, dice que él va a terminar lo que empezó y  corta.

Yoel Eduardo hunde la cabeza en la almohada, quisiera que el mullido de  los recortes de goma espuma se lo tragaran, que la noche pase volando y que esto que está por hacer (decirle a Dolores Fonzi que lo de ellos no va más) le duela lo menos posible.