La segunda función
terminó hace rato. Yoel Eduardo está pendiente de que se vaya del tablero de control
el IIuminador, o sea, su Jefe. Eso pasará pronto porque ya salieron los actores
de la obra. Su Jefe se enganchó con una actriz de recontra reparto, que aparece
solo dos minutos en escena. Para Yoel Eduardo lo del Jefe no es más que
confirmar que es un mediocre y que seguirá por toda la eternidad enroscado a una
porta lámparas de este teatro de Avenida Corrientes.
Yoel Eduardo se siente
diferente, un distinto. Él nunca estará en pareja con una actriz de recontra
reparto, él está con Dolores Fonzi, y si no lo grita a los cuatro vientos es
porque aprendió de lo que le pasó con la China Suárez y el casamiento de
Malala, ya entendió que las minas famosas son minas a enésima potencia y, por
consiguiente, enésimamente más imprevisibles.
Confirma que está solo,
y que llegó el momento de actuar, cuando (detrás del telón) ve al Jefe chapando
y metiendo mano a la actriz de recontra reparto de la obra que acaba de
iluminar.
Llegó el momento. Antes
de que los muchachos de limpieza terminen con su tarea y el de Seguridad venga
a rajarlo, va a contactar a su amor, la madre de su éxito y (calcula) de sus
cuatro hijos.
Yoel Eduarda: Hola,
BO-NI-TA (flor)
Dolores Fonzi:
Disculpá, no te conozco.
Yoel Eduardo: JAJAJA,
soy yo.
Dolores Fonzi: ??????
Yoel Eduardo: Toy a
mil, te lo hago rápido, el viernes vamos a lo de Pato Palmer, los pibes del taller
de Comedia Musical hacen una muestra de principio de año.
Dolores Fonzi: Estoy
ocupada
Yoel Eduardo: Bolas,
media pila, los consagrados tenemos que bancar a los pibes, no te olvides de lo
nuestro.
Dolores Fonzi: De q
hablás????
Yoel Eduardo: En el
taller de Pato Palmer, hicimos juntos la coreo de rumba (Pulgar para Arriba)
Dolores Fonzi: Bailé
sola
Yoel Eduardo: Y la
Palmera??? (Carita con guiñada de ojo)
Dolores Fonzi: ????
Yoel Eduardo: Dale, yo
era la Palmera, estabas DI-VI-NA
Dolores Fonzi: No me
acuerdo
Yoel Eduardo: (Pulgar
para arriba)
El mensaje figura como
leído, pero la respuesta de su amor no llega.
Yoel Eduardo: El Palmera
me empezaron a decir, JAJAJA
El mensaje figura como
no leído. Al toque, nota que ella está desconectada.
Yoel Eduardo putea a
las telefónicas y el monopolio de las comunicaciones, y el control del amor. La
tenía ahí, contra las cuerdas, a punto de definir la salida a la muestra de
Pato Palmer y pierde cobertura. Le pega una patada al pie del seguidor. El
ruido alerta al empleado de seguridad, quien aparece en la sala. Yoel Eduardo,
ni bien lo vé, sale corriendo por las escaleras, no está de humor para aguantar
al botón del teatro. Solo piensa en que si la bronca le dura, camina nueve
cuadras por Avenida Corrientes, llega a las oficinas centrales de su proveedor
de celular y le rompe a piedrazos las ventanas.