martes, 25 de febrero de 2014

Te tiro una perdida - Episodio 11

Yoel Eduardo sabe que no puede fallar, nada de repetir errores pasados. Para su revolución del amor va a nutrirse de información. La aparición de Nolo Meza lo llevó a interesarse en Agustina Cherri. Y las señales siguen apoyando sus movidas de ficha: el celular de la bella actriz figura en el listado de ciento noventa y cuatro teléfonos de famosas que le pasó Gonza.
Pero, en esta oportunidad, Yoel Eduardo no va a empezar a mensajear por WhatsApp sin antes hacer un poco de inteligencia. Es un soldado del amor que aprendió que las batallas se empiezan a ganar en la correcta planificación del combate.

Yoel Eduardo está de pie, con la espalda apoyada contra una columna, a la salida de la sala donde acaba de iluminar la obra. Aparecen el actor principal y el secundario. Tiene visto que, siempre, tras terminar la obra, se detienen al lado de esa columna, conversan unos minutos y se despiden. Eso mismo, hacen ahora. Yoel Eduardo, a un metro de ellos, los interrumpe para preguntarles si saben algo de Gastoncito Pauls. El actor principal contesta, mirando al actor secundario, haciendo como que él le preguntó y no Yeol Eduardo, un simple operador de seguidor, que se merece el enceguecimiento de sus ojos consagrados antes, durante y después de la obra. A Yoel Eduardo no lo enoja el ninguneo del actor principal, ni siquiera se da por enterado de ello. Yoel Eduardo, por el contrario, está feliz porque el actor principal le cuenta al secundario que la separación de Gastón Pauls y Agustina Cherri es definitiva. Yoel Eduardo se muere de ganas de salir al ataque, la punta del pulgar derecho tiembla, pide entrar en acción. Yoel Eduardo se auto-arenga paciencia, mantener la postura, está entre actores, no puede romper un código de pares, recién va a poder moverse cuando el actor principal avance hacia la puerta del teatro. Yoel Eduardo tiene los ojos cargados y piensa, poético, “mis lágrimas, chufa chufa chá, Agustina, tu  corazón lavarán.