sábado, 23 de noviembre de 2013

Marte Bradbury en Revista miNatura

Está disponible el nuevo número de revista miNatura, dedicada a Rad Bradbury.
Acá te anticipo mi colaboración.
Marte Bradbury
Dentro de un mundo gelatinoso, líquido, placentero, ve todo teñido de rojo. Una fuerza inesperada lo abducciona, va por un tubo angosto, de paredes anaranjadas con un final de luz blanca. Miembros inquietos lo cazan al vuelo, lo ponen cabeza abajo. Suena un chasquido metálico. Entreabre los ojos. La manguera del agua y el alimento flamea en el aire seco, del nuevo mundo impregnado de perfumes penetrantes y ruidos.
La acción de los miembros que lo agarran, lo vuelve a girar. Él no abre la boca, tampoco respira. Un golpe seco en el traste, lo estremece y él contragolpea con un grito desgarrador que es ahogado por un manto celeste, que lo enrolla.
Los miembros movedizos y firmes lo siguen teniendo en el aire, bien agarrado.
Él mete y saca aire del cuerpo.
La fuerza externa lo lleva en vuelo sobre una superficie irregular, de cumbres y llanos pálidos. El viaje termina cuando su cabeza aterriza sobre un acolchado rojo. Vuelve a berrear, no tanto por el  contacto sino porque, sin siquiera pedirlo, lo han sacado de su planeta rojo, ese, donde era tan feliz.
Tal vez así haya sido el nacimiento de Ray Bradbury, tal vez por ello, cuando soltó las riendas de su imaginación literaria y lo plasmó en una obra fenomenal, buscó el planeta más rojo del barrio solar.
Hoy, noventa y cuatro años después de aquel alumbramiento, mientras en el planeta Marte un robot de la NASA rola sus ruedas de lata y saca, a repetición, fotos digitales, con la afición criminal de la captura de imágenes, tan de estos tiempos, muy probablemente, otro marciano es expulsado del vientre de una terrícola, para tomar la posta que ha dejado Bradbury.