jueves, 28 de junio de 2012

La Guerra del Gallo en el Teatro Entretelones


Escrita por Juan Guinot. Actuación:  Martín Amuy. Música original: Lucas Guinot. Fotografía: Tamara Villarreal. Dirección: Mauro Yakimiuk.
 Estreno: Viernes 27 de julio a las 22:30 hs... Entretelones Espacio Teatral - Enrique Martínez 1427 - C.A.B.A.

José Marrone - Poder verde: lo escribí para Radio América-Nobleza Obliga


Desde pichón, nomás, se lo conoce por verde y súper héroe, pero no es el Increíble Hulk.
Entre sus poderes está el de despachar chistes, de alto voltaje y a repetición. Y es tan potente el efecto de su accionar, que la gente, al escucharlo, literalmente, se mea de risa.
Sus primeras apariciones son en lugares alejados del Centro, locales que, principalmente, atraen al público masculino y son medio teatro, medio restaurante, medio café-concert, medio Cabaret, medio piringundín. O sea, una especie de almacén de ramos generales para el gusto del hombre y la desconfianza de la dama.
En esos locales, perdidos en los barrios porteños, el tipo tiene que entrar a escena, entre los actos de las chicas ligeras de ropa. En cada salida se gana al público y suma una cucharada más al plato, la única paga que recibirá, ni bien termine la noche, con las sobras recalentadas del menú.
En la periferia se lo conoce, se empieza a hablar de él y serán las tablas desclavadas, agujereadas por las polillas, hinchadas de tanto recibir goteos de techos roídos, las que armarán la catapulta que lo disparará por el cielo para aterrizar sobre el escenario del Teatro de Revista más importante de la Avenida Corrientes.
Está por debutar. El directo apuesta por su talento, pero tiene el boleto de colectivo que mandará de regreso al barrio a este joven cómico, si no logra pasar la gran prueba: estar al frente del público más exigente de la noche.
Llega su turno. Las chicas emplumadas, esculturales, terminan su acto y se lo cruzan entre bambalinas. Lo miran con lástima, lo ven tan chiquito y vulnerable, que hasta una de ellas, la más veterana, se le acerca para abrazarlo y él, recuesta su mejilla derecha entre los pechos de la vedette y le suelta un chiste, referido a la almohada doble, de piel y carne, que sostiene su cara. Lo que dice, tienta tanto a la vedette que hasta se le desprende el broche que sostiene lo poco que lleva de ropa y se raja al camarín con sus manos como corpiño.
El asistente de dirección le dice que sale a escena.
El escenario manda un reflector donde hay un pie y un micrófono. Entre las cortinas, emerge nuestro personaje, vestido de saco, pantalón, zapatos de charol y un corte a la taza con flequillito. El público no aplaude, más bien vacila si se justifica este acto para estar sentado es el momento indicado para ir a mear al baño. Entre las butacas, crecen los murmullos. Nadie da cinco pesos, tampoco mucha bola.
El de flequillo, abre la boca y larga una ráfaga de chistes que muta murmullos por risas descojonantes y los que sopesaban la carga de su vejiga, ven como este pequeño las hace vaciar de tanta risa.
Así, en un primer acto, pasa de ser un petiso intrascendente a monstruo de la escena, el capo cómico que se meterá en el bolsillo de su saco blanco a cuanta audiencia se le ponga delante, sea hombre, mujer, niño o niña, en teatro, circo, radio, cine o televisión.
La sonrisa que provoca sus poderes de súper héroe, harán que este capo cómico, también se meta también en el sitio más preciado: el corazón del pueblo.
José Marrone, un gigante del humor,  murió un 27 de Junio de 1990.

martes, 26 de junio de 2012

BAN! 2012

Parte del equipo de la antología de cuentos sobre boxeo "12 Rounds". Del otro lado de la foto estaban Marcos Almada y Mariana Kosodij, los artífices de este libro, próximo a salir con el sello editorial LEA.
En la foto, de izquierda a derecha: Marcelo Guerrieri, Gabi Cabezón Cámara, Nicolás Correa, Patricio Eleisegui y yo.

jueves, 21 de junio de 2012

Viaje en luna


Este futuro, en el que estamos, nos cuenta de una idea, muy de los terrícolas, de meter la basura lejos de casa, más allá de la estratósfera.
Es que el mundo ha sobrepasado los niveles de producción de residuos nucleares y si bien, para los que mandan, la Tierra es apta para recibir bombas atómicas, cosa bien distinta es tirar basura, eso, si señor, se hace lo más lejos pasible de casa.
El poder central elige a la luna como depósito. No vaya a creer algún ciudadano de este mundo que lo hace por comodidad, porque queda cerca o porque al tener a la Luna al alcance de una mirada, se sentirá uno menos culpa que enviando la porquería radioactiva a Júpiter. No piensan nada de eso, la decisión de ir al satélite de nuestra Tierra radica en que no hay naves que puedan viajar más allá de nuestra inspiradora Luna.
Las navecitas (más bien parecen  una mixtura de esqueleto de pescado con langosta) son blancas como la faz del satélite, los uniformes, las paredes, o sea, como casi todo lo que se ve en esta aldea tecnológica emplazada en la Luna. Las navecitas se desplazan por las propulsiones de cuatro tubos de escape instalados en la parte trasera; cuádruple potencia para cubrir el trayecto Tierra-Luna, ida y vuelas sin dramas, pero no más allá.
Viaje va, viaje viene, se arma una especie de Ceamse del Buen Ayre en la superficie lunar, pero con un efecto explosivo considerablemente mayor al que tiene el depósito basura urbana, de indeleble aroma.
La cuestión es que, al costado de rejunte de porquerías, habita una aldea de científicos, unos trescientos más o menos, que de a poco van armando la nueva Civilización lunar. Los habitantes de esta luna se desplazan de una lado al otro de la mini ciudad en unos mini subtes cilíndricos, abren y cierran puertas con un control remoto que, si querés, también tira algún rayo mortal. La base tiene todo como para subsistir sin depender de la Tierra, un buen tiempo.
En uno de los viajes del trayecto Tierra-Luna, una de esas naves cargadas con residuos nucleares comete un fallo de conducción más impensado y de consecuencias menos deseadas: se viene a pique. Al besar la superficie de la Luna se expande una explosión en cadena, de claro corte nuclear, que no solo sacude a los pobres habitantes de la aldea científica, sino que manda a la Luna a despegarse de la atracción de la Tierra y viajar, sin freno por el Universo.
Una vez recuperados del sacudón, los científicos se miran y afrontan el dilema más importante de sus vidas: ¿cómo corno volvemos a acercarnos a la Tierra?
Y mientras se queman las neuronas ideando algo que, los cerebros no pueden procesar, la Luna deja el Sistema Solar y se va, así como así, a viajar por el Cosmos.
Los trescientos científicos, atónitos, empiezan a hacerse la cabeza de que lo que se viene es bien complicado y se preparan para conocer otras civilizaciones, enfrentar a despiadados extraterrestres, sin perder la esperanza de que, en alguna curva del espacio, la Luna pegue la vuelta y los ponga de cara a la Tierra.
Esta es más o menos la idea de la serie televisiva Cosmos 1999, filmada en Inglaterra en la década de los Setenta y protagonizada por Martin Landau, quien un día como hoy, cumple 84 años.

miércoles, 20 de junio de 2012




Marcelo Guerrieri me convocó para leer en el Espacio de Carlos Gardel (Olleros 3640, CABA).
La convocatoria es la de sumar un texto a la muestra pictórica de R. Ajler sobre rostros de escritores famosos. Elegí a Fernando Pessoa, texto que escribí pra Radio América).

jueves, 14 de junio de 2012

Muchos en uno, lo escribí para Radio América AM1190-Nobleza Obliga


Poeta, amante, comerciante, narrador, periodista, empleado, astrólogo. Son demasiados en una persona como para que puedan verlo como uno solo.
Y la mirada de los demás le preocupa; entiende, que la sociedad suele soltar el cepo del encasillamiento, meterte adentro de la cárcel de un rótulo, el que te toca, para condenarte al presidio rutinario.
Para operar, frente los carceleros de sociedad, arma un escudo protector de heterónimos.
Eso guarece su alma.
Entonces se reinventa en varios personaje y sale a jugar los roles de cada uno en el teatro de la vida.
Nacerá, entonces, el maestro, poeta, de mirada campesina con profundidad universal. Lo seguirá el ingeniero, un viajero de Europa y el Oriente, pensador futurista que, con sus reflexiones, es un preciso diseccionador de la tecnocracia. También habrá un médico que escribe odas. Tanto el médico como el ingeniero son discípulos del maestro, el que los observa debajo un árbol, protegido por la sombra del conocimiento y la ignorancia. Sombra que ilumina donde el mundo enceguece de pensamiento único.
Cada personaje tiene día de nacimiento, una vida, profesión, posiciones ideológicas, relaciones, intereses sexuales, psicología. Ninguno es igual al otro. Polemizan entre ellos. Eso sí, para darse a conocer en el mundo, hablan a través de sus letras sobre el papel. Y, como si compitiesen por el mejor estilo, cada heterónimo refuerza la apuesta literaria en sus producciones.
Y está él, creador de los personajes que lo enmascaran, firmando poesía, presentándose públicamente, alguna vez,  con el nombre de sus heterónimos. Siempre desconcertando, con talento, para abrir donde el mundo se empecina en cerrarse.
El uno que inventó los muchos se define como gran fingidor.
Y no será de extrañar que el escritor sea conocido como editor (rechazado por el status quo), comerciante, ensayista, publicitario, periodista.
La vida es su escenario, él escribe el libreto para sus personajes y el público, no siempre logra entender como este hombre produce actuación.
Muere un heterónimo, también él y, con el correr de los años, su obra se asienta en las costas del mar turbulento.
Con el tiempo se lo empieza a leer, a apreciar y admirar.
En Lisboa, su ciudad natal, implantan una estatua con su figura. Lo hacen en la puerta del bar al que el escritor acudía, con y sin sus heterónimos. Tal vez, quien planificó decantar metal fundido sobre un molde con la figura del escritor para construir esa estatua, pensó que, de una buena vez, le habían caído con el cepo.
Pero, mientras los celadores del encasillamiento se pavonean con sus operaciones, Fernando Pessoa, se expande sin control por el mundo de las almas, para agigantar sus palabras.
Fernando Pessoa nace el 13 de Junio de 1888 en la ciudad de Lisboa.

La Guerra se desató en Mercedes

En la noche del miércoles 13 de junio, presenté mi novela, en mi querida Mercedes.
La Secretaría de Cultura y Juventud de la Municipalidad decidió organizar el evento en el bar Laurino. El maestro de ceremonia fue Tato De Lucca.
Siempre es bueno volver al Pago Chico.

domingo, 10 de junio de 2012

Lunes 11/06 - 21hs en el BAN!


En el marco del BAN, en el Centro Cultural General San Martín (Av. Corrientes y Paraná), en la Sala Leopoldo Lugones estaré presentando la antología de relatos "12 Rounds", en el marco del Festival Buenos Aires Negro.
Me acompañarán Jordán Gallicchio, Mariana Kozodij, Juan Marcos Almada, Marcelo Guerrieri, Gabriela Cabezón Cámara, Nicolás Correa, Patricio Eleisegui.
Otros integrantes de la antología (Patricia Suárez, Clara Anich, Hernán Brignardello, Marcelo Luján y Carlos Salem).
"12 Rounds"  será publicada por Editorial LEA a finales de Julio de este año y la compilación de cuentos corrió por cuenta de Kozodij y Almada.
Cuando se la encuentres en las librerías, no bajés la guardia.

miércoles, 6 de junio de 2012

El Gallo Exocet y Masi llegaron a La Plata



Invitado por el amigo Javier Guiamet, estuve en la Feria de Revistas Culturales de La Plata. para presentar 2022-La Guerra del Gallo. Mi copiloto fue Marcos Almada con su libro Deforme bajo el poncho.
El espacio que los amigos generaron en La Plata es prometedor. Sería genial que se arme la gran red de revistas culturales.

lunes, 4 de junio de 2012

Presentación en Mercedes el miércoles 13 de Junio

La Secretaría de Cultura y Juventud de la Municipalidad de Mercedes quiso presentar mi novela. Acepté la invitación. Amigos, la semana que viene nos vemos en el Pago Chico.

Lo escribí para Radio América . Programa Nobleza Obliga


Ascenso inverso


Europa, mejor dicho, la porción de Europa burguesa, padece de snobismo zombi. Interesados en contar monedas y logros materiales, no se percatan que el humo de la pólvora se condensa en el horizonte, con nubarrones púrpura, más bien parecidos a un apelotonamiento de coágulos y pústulas. 

Se viene la Primera de la dos Guerras Mundiales. Falta poco, pero el snobismo zombi se regodea de los avances del consumo, la organización del mundo seriado, la acumulación sobre acumulación y buscar la cima de una montaña de base endeble.

El escritor lo ve, más o menos  así. Es una imagen que le sobreviene, mientras su mujer padece de una larga convalecencia, dentro de un hospital, en una ciudad de Suiza.
El retiro forzado, el respirar aire de enfermos, el contacto cotidiano con la muerte y la distancia de esa Europa dominada por el snobismo zombi, lo meten en una mundo que empieza a escribir en su cuaderno de apuntes.

Sentado, en una silla incómoda, lejos del lecho donde su esposa pelea por la vida, apunta en el papel  la historia de un joven ingeniero que viaja a visitar a un tío enfermo, internado en un hospital de montaña.

El hospital, más bien parecido a un Spa para ricos, le presenta, al joven ingeniero, el catálogo de la decadencia material, intelectual y espiritual. Y el sobrino, llegado para visitarlo, a las semanas, se encuentra sometido al régimen de un enfermo.

En la cumbre de esa montaña, donde funciona el hospital-spa, el tiempo que guía su pulso cambia y se amalgama al de todos los habitantes de aquella cumbre para la recuperación de enfermos notables donde, empieza a descubrir, el destino final de todo tratamiento conduce, irremediablemente, a la muerte.

En la cima de la cabeza del joven ingeniero, el tiempo se hace de goma, de visitante pasa a paciente y en los sobacos le calzan el mercurio, ese que mide la temperatura afiebrada de la que todo el mundo habla, nadie en ese hospital puede vivir sin su termómetro, sin conocer la fiebre del último momento, la temperatura actual del snobismo zombi.

Y lo que eran semanas de visitas, terminan siendo años de internado. La vida en el llano, queda cada vez más lejos y el pasaje, en las alturas, donde este ingeniero siempre había creído se encontraba el cielo, no es más que el caldo del infierno, ese que rige en Cielo y en la Tierra, el que acumula nubarrones púrpuras y mojan el Campo Santo, el de la contienda, donde el hombre come al hombre y la burguesía de la Europa moderna se alimenta con la dieta del snobismo zombi.

El escritor vuelve al pasillo del hospital. El médico de guardia se acerca, le explica de medicinas, tratamientos y paciencia. Lo escucha sin escuchar. En el regazo, tiene el cuaderno donde acaba de apuntar la imagen disparadora, quiere volver a sus escritos.

Afuera del hospital, la Europa, narcotizada, está a tres años de caer en la Primera de las Guerras. Adentro, el cuaderno del escritor, acaba de dar comienzo a una obra literaria que le demandarán  12 años de trabajo y titulará “La Montaña Mágica”.

El autor es Thomas Mann y nació el 6 de Junio de 1875.

domingo, 3 de junio de 2012

Laika. Lo leí anoche, en Aquilea

Anoche, Leonardo Oyola y Hernán Lucas inauguraron un ciclo que junta música, cine y literatura. Fue en librería Aquilea. Con partido de fútbol disputando la audiencia, se logró una convocatoria que desbordó la sala. Cerca de sesenta amigos siguieron nuestras lecturas.
Se vienen fotos que iré subiendo.
Acá va, el micro cuento Laika, el primero de los tres textos que leí:
Cierran la escotilla y el corazón le late en la lengua que se hace ancha y le obtura la tráquea. Los ojos le bizquean, ve por el ventanuco dos soles lechosos. Las orejitas (una en punta y otra caída) son dos pantallitas asimétricas. No escucha el conteo descendente, ni el rugir de los motores, ni los aplausos, ni los gritos victoriosos, ni el “no” de Igor, ese que la cuidó debajo de su escritorio mientras se acondicionó la nave. Laika ha muerto y en el espacio será un sueño de perra fría.
El segundo texto que leí es una crónica de ficción que escribí para Radio América. Podés leerlo en esta entrada http://juanguinot.blogspot.com.ar/2012/01/apertura-que-escribi-para-radio-america_28.html.
El cierre de mi participación espacial fue un relato que me publicaron hace semanas en Tiempo Argentino:http://juanguinot.blogspot.com.ar/2012/05/suplemento-cultura20.html

viernes, 1 de junio de 2012

2022-La Guerra del Gallo - Finalista en la Semana Negra de Gijón

Me acabo de enterar (por Carlos Salem) que mi novela "2022-La Guerra del Gallo" es finalista del premio Celsius (mejor novela de ciencia ficción en lengua castellana) que otorga la Semana Negra de Gijón:
Diástole, de Emilio Bueso (España). Salto de página
Antirresurrección, de Biedma (España). Dolmen
2022 La Guerra del gallo, de Juan Guinot (Argentina). Talentura Libros.
El escondite de Grisha, Martínez Biurrún (España). Salto de página
Gijón, nos vemos en unas semanas!!! Para ver más: http://www.semananegra.org/